Cataluña necesita un cambio

" La victoria socialista, en votos y empate en escaños, en democracia debería ser suficiente para gobernar" opina Ana María Martínez

Cataluña necesita un cambio. Las urnas llenas de votos de ilusión por un cambio de rumbo no serán suficientes. La victoria socialista, en votos y empate en escaños, en democracia debería ser suficiente para gobernar, aunque en minoría, y hacer ese cambio que tanto hemos reivindicado. Porque nuestra Cataluña, la de todas y todos, no puede continuar en la travesía del desierto por la que lleva 10 años. Un viaje árido que solo ha tenido como consecuencias el recorte de recursos básicos, como sanidad o educación, los delirios soberanistas y el descenso en rankings en los que habíamos ocupado primeros lugares y ahora vamos camino de la cola. Superar la parálisis de un govern que no gobierna, recuperar la dignidad de unas instituciones que se han menospreciado, y visualizar que revertiremos la decadencia económica, son máximas que solo con un cambio de gobierno serían posibles.

Salvador Illa presentará el proyecto socialista de gobierno para Cataluña a una investidura que anuncian que será fallida. Porque ya se encargaron de firmar el acuerdo de todos contra Illa, sabiéndolo ganador de unas elecciones que, dicho sea de paso, se celebraron en un contexto sanitario difícil y con importantes medidas de seguridad y protección. Esta variable es una de las explicaciones del alto grado de abstención en unas elecciones que, como autonómicas, acostumbran a registrar porcentajes de participación inferiores a las elecciones generales o a elecciones municipales y que, en esta ocasión, no se han comportado diferente a otros comicios de este nivel (la excepción se produjo en 2017 con una media de participación de más de 20 puntos por encima de la que dio el 14F).

El escenario que ha resultado de estos comicios no nos ofrece esperanza de un futuro mejor si ese cambio no se produce. Porque ya hemos vivido el govern que se presenta como alternativa a que gobierne quien ha ganado las elecciones. Y esa vivencia nos sigue situando en ese desierto, por el que llevamos transitando 10 años y del que deberíamos salir sin dilación y que las personas y lo que les preocupa, se sitúe de nuevo en el centro de la acción política.

Rubí se pronunció. Las urnas dijeron que queremos el cambio en Cataluña y el PSC fue la fuerza más votada, con un 29,27% de los votos, y casi 10 puntos por encima de la segunda fuerza. Los votos de los partidos no independentistas suman aproximadamente el 60 % del total de los electores. Porque nuestra ciudad merece un gobierno que nos tenga en cuenta. Que nos escuche. Y que gobierne respetando las instituciones y a sus representantes, sean o no afines políticamente. Un gobierno que gobierne para todos los ciudadanos de Cataluña, no solo para menos de la mitad como en los últimos 10 años.

En nuestra ciudad trabajaremos como hasta ahora, y situaremos en nuestro orden de prioridades a todas las personas que nos necesitan. El proyecto del PSC para Cataluña, el del cambio, el del acuerdo y la negociación, el de la salida del desierto, el que encabeza Salvador Illa, sería el que como municipio nos convendría. Ojalá el gobierno catalán lo lidere el ganador de las elecciones. En ello confiamos.

 

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